Hablar de trabajo en equipo suele ser común en todos los centros educativos o como parte de las competencias que nuestros hijos deben ir adquiriendo a lo largo de su vida, especialmente porque tener una buena convivencia depende mucho de la manera como reconozcamos al otro dentro de nuestra vida y sobre todo como parte de la comunidad en la que vivimos, por eso la tarea que tenemos como padres es educar en esta habilidad y esto solo se logra si nos hacemos conscientes de que cada miembro de la familia puede dar mucho de lo que es.
Parece que es obvio, pero muchas veces caemos en la trampa de querer resolver todo por nuestros hijos y los dejamos por fuera de los procesos. Ven el resultado de las cosas, pero no se ven en ellas y esos aprendizajes valiosos que se podrían haber conseguido trabajando juntos, simplemente no tienen lugar porque casi que nos saltamos esa parte del proceso que educa la tolerancia a la frustración, la paciencia y la confianza.
No solo se trata de lo que se construye con nuestros hijos pequeños, porque en la adolescencia también se validan experiencias muy importantes que se pueden ayudar a contener y gestionar de una manera más adecuada cuando ocurren en familia, que si se experimentan con grupos de amigos cuyo vínculo no es tan estrecho. No vamos a estar siempre para ellos, por eso con mayor razón debemos asumir la responsabilidad que tenemos de fortalecernos unos a otros para enfrentar los desafíos que nos plantea cada etapa de nuestras vidas.
Vale la pena insistir en que es unos a otros, porque muchas veces cometemos el error como padres de cargar todo sobre nuestras espaldas: lo que mi familia necesita, lo que debo hacer en mi trabajo, los proyectos que estoy construyendo… por supuesto son nuestras responsabilidades, pero en el momento en el que nos sentimos saturados con tantas cosas y hasta con cierta incertidumbre al sentir que quizá le estamos quitando tiempo importante a la familia, olvidamos ese trabajo en equipo y caemos en el error de vivir nuestras crisis en soledad.
Si nos es tan fácil estar para el otro, una de las tareas más importantes que debemos reaprender todos los días como padres es que les estamos enseñando a nuestros hijos que contamos con ellos, que habrá muchos momentos de dificultad por los que vamos a tener que atravesar juntos y que muchas veces sentiremos que lo que vivimos nos supera, pero también que en medio de todo eso, la familia siempre será un lugar seguro.
Por eso la invitación de este día es a que saquemos el trabajo en equipo de nuestras bocas y nuestras aulas y lo pongamos como pilar fundamental de nuestra familia, que aprendamos a reconocernos como un entorno seguro y sobre todo que tengamos la valentía y la confianza para pedir ayuda cuando lo necesitemos. La mejor manera de asegurar que nuestros hijos cuenten con nosotros, es haciéndolos conscientes de que nosotros contamos con ellos.