En mayo de 2021 se expide la Ley 2089[1] que prohíbe el castigo físico y los tratos crueles, humillantes y degradantes contras los niños y las niñas. Muchas personas piensan que la prohibición del castigo físico en Colombia es un capricho del gobierno o de unos cuantos congresistas que están buscando votos, y no es así. Algunos grupos lo tildan de intromisión del Estado en las creencias, valores y religiones de las familias, considerándolo un hecho que coarta las libertades de las familias y las comunidades.
Por esta desinformación vale la pena contextualizar este suceso histórico que tiene una connotación mundial. En el año 1979, Suecia decidió evolucionar como sociedad y prohibió la práctica del castigo físico en la educación de los niños y niñas. Esta prohibición vino con múltiples campañas educativas y con la firme intención de garantizarle a los menores sus derechos de protección y cuidado.
¿Y dónde quedan los derechos de los padres? Desde la Convención de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en 1989 se prioriza el interés superior del niño de protección, bienestar y cuidado frente a otros intereses. El castigo físico representa una amenaza a los derechos y a la integridad y dignidad de cualquier persona independiente de la edad. Muchas décadas de investigaciones han demostrado los impactos negativos que tiene esta práctica punitiva para los niños y las niñas, y para las relaciones entre padres, madres e hijos.
De esta forma, la Ley, que tiene un fin pedagógico, viene a defender los derechos superiores de los niños y las niñas, y promueve que todos los padres, madres y cuidadores busquen ayuda y se motiven a encontrar otras formas de crianza alejadas del castigo físico, los tratos crueles, humillantes y degradantes contra los menores.
A pesar de las resistencias y los temores de los padres y madres de ser enjuiciados y promover la anarquía en la educación, la Ley busca un despertar a una sociedad marcada por un trato digno y respetuoso, libre de distintas formas de violencia y humillaciones que interfieren con el desarrollo exitoso y feliz de nuestras niñas, niños y adolescentes. Una sociedad más madura y consciente. Recordemos que la paz y el futuro comienza por casa.
Los puntos más importantes de la Ley pueden resumirse en tres:
Por el beneficio de la sociedad y del desarrollo exitoso y feliz de nuestros niños, niñas y adolescentes, la Ley representa un avance enorme y nos moviliza a buscar programas y capacitaciones que nos enseñen sobre disciplina positiva y amorosa. No se trata de no hacer nada, sino de criar de una manera sana y consciente a las nuevas generaciones.
2 Gershoff, E. T. Corporal punishment by parents and associated child behaviors and experiences: A meta-analytic and theoretical review. Psychological Bulletin. 2002 128(4): 539–579. Disponible en: https://www.apa.org/pubs/journals/releases/bul-1284539.pdf
Autor:
Catalina Suárez Pérez. Psicóloga, Magister en Desarrollo. Cocreadora y Directora del Programa Padres de Primera de la Fundación Tiempo Feliz. Docente Universitaria de la Universidad Pontificia Bolivariana. Consultora y entrenadora de distintos programas de formación a padres y maestros en temas de crianza y desarrollo infantil.