Cuando jugamos aprendemos, una premisa básica en el proceso de desarrollo infantil. A través del juego, los niños establecen criterios de comparación, nominan las cosas, siguen ritmos, esperan turnos, establecen diferencias y muchísimos otros procesos cognitivos, que sin proponérselos van adquiriendo durante el juego. A la par, y con un valor tan relevante como lo cognitivo, también se generan conexiones afectivas, se desarrollan lazos de amistad y se establece confianza; incluso el juego puede generar paz y sanar sentimientos.
Durante el juego imaginamos, creamos ambientes, pensamos y nos comunicamos; todo esto bajo un marco de diversión que favorece cerebralmente todo el aprendizaje.
Este tiempo, lejos de ser “perdido”, es un valioso espacio que todos podemos aprovechar al máximo y por eso, en la educación inicial es considerado como una actividad rectora.
Dentro de las familias, el juego representa un espacio que nos ayudará de manera positiva a fortalecer los vínculos afectivos y al desarrollo emocional.
EL JUEGO:
¡Los invitamos a hacerlo en casa! Pueden recordar los juegos favoritos de su infancia y enseñárselos a sus hijos.
Ten en cuenta que los juegos estructurados son una excelente opción para todos:
Los juegos libres nos permiten vivir momentos únicos que generan un clima de gran complicidad y desarrollan mucho la creatividad. Entre ellos: juegos de roles, juegos inventados o juegos espontáneos con objetos no convencionales como cajas o elementos de cocina.
“Todos los aprendizajes mas importantes de la vida se hacen jugando”.
Francesco Tonucci
“Jugar es la forma mas elevada de investigación”.
Albert Einstein
“Jugar es la forma favorita de nuestro cerebro para aprender”.
Diane Ackerman.
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El juego es una experiencia maravillosa que queda guardada en la memoria y el corazon para toda la vida .