Por Belkis Salazar
El cerebro humano es una compleja red de regiones interconectadas de manera estructural y funcional. Los proceso en el cerebro no convergen en un solo lugar, si no que ocurren de forma paralela, a través de una estructura conformada por diferentes áreas que están implicadas para lograr una experiencia completa.
A nivel sensorial es necesario que se lleve a cabo un proceso de integración que ensambla la información y que permite construir percepciones de alto nivel y aprender el significado de lo percibido.
Por otro lado en muchos estudios se ha documentado la importancia del cuerpo en el proceso de aprendizaje. Giacomo Rizzolatti, experto en neurofisiología dice: ”El cerebro que actúa es un cerebro que comprende”, y no se refiere sólo al ejercicio físico dentro de los espacios escolares, sino también a promover experiencias que involucren movimiento, acción y participación.
Otro aspecto fundamental y cada vez más valorado tiene que ver con las emociones, sin duda un principio fundamental para el desarrollo óptimo de cada individuo.
De tal manera que la noción de la escuela como un espacio para callar, repetir y memorizar está cada vez más ( demos gracias) desvirtuada. Actualmente las escuelas valoran más los procesos y procuran buenos resultados a través de la atención al individuo y sus particularidades.
En las edades iniciales es fundamental que el maestro pueda acompañar de manera empática el desarrollo del niño y que las experiencias escolares cuenten con la activación de todos estos componentes.