Debo ser amigo de mis hijos?

Como padres, no debemos confundir no ser sus amigos, con estilos de crianza rígidos o autoritarios, y tampoco ese pretender ser sus amigos con tener una buena relación, una de confianza con nuestros hijos. Somos sus padres no sus amigos, padres y amigos son roles diferentes. A pesar de que seamos siempre la misma persona, no actuamos igual ante unos y ante otros: no es lo mismo comer con tus padres que con tus amigos de toda la vida, por mucha confianza y buena relación que tengas con ambos.

Los roles son necesarios, y cada uno aporta aspectos importantes que nos ayudan a desarrollarnos y crecer de una manera sana.

• Los niños necesitan saber que sus padres estamos ahí, llueva, truene o relampaguee.
• Los niños necesitan saber que tenemos herramientas que no tienen sus amigos para resolver los problemas.
• Los niños necesitan saber que estamos presentes para darles calma.
• Los niños necesitan saber que estamos juntos y que aprenden de ese ejemplo maternal o paternal.
• Ellos niños necesitan saber que hay alguien que los guía por el camino y su andar.
• Ellos necesitan saber que hay alguien que los acompaña y los cuida en su crecimiento.
• Ellos necesitan que se les explique el mundo y que les avisemos de los peligros.
• Que los ayudemos a levantarse cuando caigan.

Si rompemos la línea que separa los roles de padres y amigos quizá estemos haciendo que se pierdan algunos aspectos positivos del rol de padres. Tenemos algo muy bonito para compartirles: amor puro, edad y experiencia. Todo esto es aplicable a los niños, a los adolescentes, a nuestros hijos: necesitan a sus padres… y a sus amigos, y necesitan que no sean la misma persona.