Las experiencias sensoriales son vitales para la estimulación de nuestros niños porque desde los sentidos conocemos e interpretamos el mundo y sus mensajes.
Con la caja de las texturas, vamos a trabajar el sentido del tacto. Para ello, reúne en una caja objetos que encuentres en casa con diversas texturas, procurando que estas experiencias táctiles le sean agradables y gratificantes para fomentar el interés de los niños, así como también que los objetos no sean peligrosos, es decir, que no se los puedan tragar, etc. Recomendamos que siempre haya un adulto supervisando estas actividades.
Ejemplos de objetos y texturas: tejidos de diferentes texturas, cordones; bolsas de plástico; papel periódico, de aluminio, celofán; bolas o cuadrados; cepillos, bombas y bolsas de plástico; esponjas de diferentes texturas; diferentes tipos de pastas o materiales naturales como paja, hojas, piedras, pasto, arena, agua... entre otros.
Ahora, realiza algunas de estas actividades con dichos materiales: