Dejar el pañal es un proceso natural, que hace parte de una de las etapas más determinantes de los niños, y que depende de su madurez, sus capacidades y su contexto. Es un paso indispensable en sus habilidades de autoayuda, que le permiten reafirmar su independencia y por lo tanto, desarrollar su autoestima.
Es una tarea en la cual participa no solo el niño(a) como actor principal, sino su familia, el jardín y sus cuidadores. Del compromiso de todos y una buena actitud frente al tema, depende un proceso que pude demorarse 8 días, unos meses e incluso años. Es cuestión de saber con claridad cuándo y cómo es el momento oportuno ademas de tener la disposición de sintonizarse con él, respetarlo y sobre todo acompañarlo pacientemente.
Existen varias opiniones sobre cuál es el mejor momento para dejar el pañal, sin embargo, considero que como en muchos otros procesos claves de los niños, sencillamente se da, cuando están listos, física y emocionalmente. En términos generales entre los 2 y los 4 años, el sistema nervioso ha madurado hasta tal punto, que el esfinter anal (último músculo en desarrollarse) esta listo para ser “controlado” por el niño; y sumado a esto, el niño(a) quiere “hacerlo solito”, quiere ser independiente y mostrar a todos que es capaz de ir al baño, ya que sus habilidades físicas y verbales se lo permiten.
No es simplemente dejar el pañal y entrenar a un niño a ir regularmente al baño. El “control” es la capacidad para abrir y cerrar los esfínteres, a fin de retener o de permitir la salida del “pipí” y el “popó”, entendiéndose por esfínter el músculo en forma de anillo que cierra un orificio natural, como es el esfínter del ano o de la uretra. Hay control de esfínter, cuando se puede regular las evacuaciones en forma periódica. El control de esfínteres NO se aprende. Se ADQUIERE cuando el niño está maduro para ello. Al igual que masticar, gatear, caminar, hablar, son funciones que se adquieren cuando los niños están lo suficientemente LISTOS para hacerlo, no cuando mamá o papá lo deciden. Además, son adquisiciones paulatinas que llevan su tiempo para apropiarse y ser parte natural del día a día.
El proceso natural y biológico que llamamos “SECUENCIA TÍPICA” implica que primero, el niño logre un control intestinal de noche. Luego, un control intestinal de día, es decir, que ya es regular y predecible la hora en que aproximadamente hace popó. Posteriormente, vemos que la capacidad de la vejiga aumenta, teniendo que cambiar el pañal un par de veces en la mañana y un par en la tarde. Y por último, amanece seco el pañal de la noche.
El proceso completo implica que esté en capacidad de:
Si. Como vemos, son muchas las cosas a las que se ve enfrentado. Por eso es importante ir paso a paso. Sugiero los siguientes:
Paso 1: Tener las habilidades básicas
Paso 2: Verificar las señales
Paso 3: Preparar a todos los adultos (papá, mamá, cuidadores)
Paso 4: Iniciar el “entrenamiento” o proceso
Paso 1: Tener las habilidades básicas
Antes de comenzar el proceso, el niño debe por lo menos, haber desarrollado tres habilidades básicas:
Paso 2: Las señales
Paso 3: Prepararnos
Emocionalmente: Existen determinadas ACTITUDES y TAREAS de los padres y cuidadores que son fundamentales para favorecer el “entrenamiento”.
Actitudes:
• Tranquilidad: Hay que dedicarle tiempo y atención, sin desesperarnos.
• Hablar claro: explicar a el niño(a) qué se espera de él durante el proceso, y transmitir confianza.
• Paciencia: Aceptación de éxito gradual más que del instantáneo.
• Apoyo: No tenemos que dar premios o regalos, la alegría y respeto son suficientes para estimularlo y que se sienta exitoso.
• Comprensión: entender que los accidentes son parte del proceso y deben suceder para aprender mejor.
• Motívelo con propuestas como: “vamos al baño” o “a ver quien llega primero al baño”… En esta edad, los niños están en la etapa del NO, así que ante preguntas como: ¿quieres ir al baño?”, con seguridad responderán: “No”.
Tareas:
• Decidir si van a usar mica o el inodoro, y conseguir este último 3 meses antes de iniciar.
• Comprar la ropa interior necesaria y suficiente.
• Tener siempre lista una muda
• Durante esta etapa, póngale al niño(a) ropa fácil de quitar, les ayuda a sentirse independientes.
• Enseñarle a usar vaso en vez de tetero.
• Leerle cuentos relacionados con el tema.
Paso 4: Comenzar el proceso
Si. Es importante reconocer que algunas situaciones pueden retrasar o interrumpir el proceso, como son: la llegada de un nuevo hermanito, la entrada al jardín infantil, un trasteo, la pérdida de un ser querido, un viaje del papá, etc. En otras palabras, no vale la pena iniciar el proceso cuando el niño(a) esté atravesando por un cambio emocional. (Tampoco la persona que lo acompaña). La época ideal es donde exista estabilidad y pocos cambios y en casa, la cual conoce y en la que se siente seguro.
Dejar el pañal puede convertirse en una guerra de poder entre padres e hijo(a). Y es importante mencionar que, en última instancia, esta guerra la gana el niño(a), pues es él quien tiene control sobre su propio cuerpo. Si es un aspecto que “molesta” demasiado a los padres, es el terreno perfecto para que el niño intente “probar” a sus padres. Castigar a un niño(a) por tener accidentes no sirve de nada, todo lo contrario, va a demorar el proceso y el chiquito se llenará de tristeza e inseguridad.
Si el proceso se torna difícil, debemos llenarnos de paciencia y verificar si lo hicimos teniendo en cuenta los pasos y sobre todo, si el niño estaba listo. En pocos casos, debemos hablar con un especialista.
El pañal de la noche podemos quitarlo luego de dos meses de amanecer seco. Esto depende del sueño profundo del niño y de la madurez de su vejiga. Puede demorarse desde 1 mes hasta un par de años.
La sintonía con nuestros hijos es sencillamente, la mejor herramienta. Confiar en nosotros como padres, es la mejor estrategia. Hacerlo con amor y respeto garantiza el éxito y la felicidad de los niños.
JUANITA BOADA DE NARVÁEZ
Coach Logoterapéutico
Crianza, Familia y Educación