
El Dr. Javier Diago resuelve dudas alrededor del COVID-19
mayo 6, 2020
Diana Peláez en Sistema Radial Cardenal 1.010AM
mayo 7, 2020Dejar el pañal es un proceso natural, que hace parte de una de las etapas más determinantes de los niños, y que depende de su madurez, sus capacidades y su contexto. Es un paso indispensable en sus habilidades de autoayuda, que le permiten reafirmar su independencia y por lo tanto, desarrollar su autoestima.
Es una tarea en la cual participa no solo el niño(a) como actor principal, sino su familia, el jardín y sus cuidadores. Del compromiso de todos y una buena actitud frente al tema, depende un proceso que pude demorarse 8 días, unos meses e incluso años. Es cuestión de saber con claridad cuándo y cómo es el momento oportuno ademas de tener la disposición de sintonizarse con él, respetarlo y sobre todo acompañarlo pacientemente.
¿Cuándo es el mejor momento?
Existen varias opiniones sobre cuál es el mejor momento para dejar el pañal, sin embargo, considero que como en muchos otros procesos claves de los niños, sencillamente se da, cuando están listos, física y emocionalmente. En términos generales entre los 2 y los 4 años, el sistema nervioso ha madurado hasta tal punto, que el esfinter anal (último músculo en desarrollarse) esta listo para ser “controlado” por el niño; y sumado a esto, el niño(a) quiere “hacerlo solito”, quiere ser independiente y mostrar a todos que es capaz de ir al baño, ya que sus habilidades físicas y verbales se lo permiten.
Pero, ¿qué es controlar esfínteres?
No es simplemente dejar el pañal y entrenar a un niño a ir regularmente al baño. El “control” es la capacidad para abrir y cerrar los esfínteres, a fin de retener o de permitir la salida del “pipí” y el “popó”, entendiéndose por esfínter el músculo en forma de anillo que cierra un orificio natural, como es el esfínter del ano o de la uretra. Hay control de esfínter, cuando se puede regular las evacuaciones en forma periódica. El control de esfínteres NO se aprende. Se ADQUIERE cuando el niño está maduro para ello. Al igual que masticar, gatear, caminar, hablar, son funciones que se adquieren cuando los niños están lo suficientemente LISTOS para hacerlo, no cuando mamá o papá lo deciden. Además, son adquisiciones paulatinas que llevan su tiempo para apropiarse y ser parte natural del día a día.
¿Cómo se da naturalmente el proceso?
El proceso natural y biológico que llamamos “SECUENCIA TÍPICA” implica que primero, el niño logre un control intestinal de noche. Luego, un control intestinal de día, es decir, que ya es regular y predecible la hora en que aproximadamente hace popó. Posteriormente, vemos que la capacidad de la vejiga aumenta, teniendo que cambiar el pañal un par de veces en la mañana y un par en la tarde. Y por último, amanece seco el pañal de la noche.
¿Qué más implica controlar esfínteres?
El proceso completo implica que esté en capacidad de:
- Sentir la necesidad de orinar.
- Esperar o aguantar la necesidad.
- Interpretar la sensación.
- Decir que necesita ir al baño.
- Quitarse el pantalón.
- Sentarse en el inodoro o mica.
- Relajar los músculos y “evacuar”.
- Limpiarse.
- Operar la cisterna.
- Vestirse.
¿Existen pasos que podemos seguir?
Si. Como vemos, son muchas las cosas a las que se ve enfrentado. Por eso es importante ir paso a paso. Sugiero los siguientes:
Paso 1: Tener las habilidades básicas
Paso 2: Verificar las señales
Paso 3: Preparar a todos los adultos (papá, mamá, cuidadores)
Paso 4: Iniciar el “entrenamiento” o proceso
Paso 1: Tener las habilidades básicas
Antes de comenzar el proceso, el niño debe por lo menos, haber desarrollado tres habilidades básicas:
- Control Motor: Por edad, el niño(a) debe estar en capacidad de controlar su cuerpo, jugar seguro y coordinado en un parque y tener buen equilibrio.
- Comunicación: el niño debe poder comunicarse con acciones o palabras y además tener la suficiente madurez para seguir instrucciones y comprender lo que se espera de él.
- Deseo: el niño debe tener la intención real de dejar el pañal, ya sea para sentirse “grande”, para parecerse a sus amigos, para complacer a sus padres o para estar cómodo. Solo así el niño asume como propio el proceso y se hace responsable de él.
Paso 2: Las señales
- El niño para la actividad en que está y hace muecas o gestos mientras tiene un movimiento intestinal, demostrando que ya se hizo o que va a hacer.
- Se torna mas regular en su horario de eliminación.
- Permanece seco una hora o más durante el día o se levanta seco de la siesta.
- Pide que lo cambien cuando está mojado y prefiere estar limpio.
- Se da cuenta que el pipí y el popó salen de su cuerpo.
- Quiere ser grande e imita comportamientos de los adultos.
- Ha pasado ya el entusiasmo de haber aprendido a caminar y correr y puede sentarse por unos raticos a jugar solo.
- Ya logró varios procesos de autoayuda: lavarse sus manos, los dientes, quitarse su ropa, etc.
- Se muestra mas independiente: pone los juguetes y las cosas en su lugar.
- No está en su periodo de excesivo negativismo.
Paso 3: Prepararnos
Emocionalmente: Existen determinadas ACTITUDES y TAREAS de los padres y cuidadores que son fundamentales para favorecer el “entrenamiento”.
Actitudes:
• Tranquilidad: Hay que dedicarle tiempo y atención, sin desesperarnos.
• Hablar claro: explicar a el niño(a) qué se espera de él durante el proceso, y transmitir confianza.
• Paciencia: Aceptación de éxito gradual más que del instantáneo.
• Apoyo: No tenemos que dar premios o regalos, la alegría y respeto son suficientes para estimularlo y que se sienta exitoso.
• Comprensión: entender que los accidentes son parte del proceso y deben suceder para aprender mejor.
• Motívelo con propuestas como: “vamos al baño” o “a ver quien llega primero al baño”… En esta edad, los niños están en la etapa del NO, así que ante preguntas como: ¿quieres ir al baño?”, con seguridad responderán: “No”.
Tareas:
• Decidir si van a usar mica o el inodoro, y conseguir este último 3 meses antes de iniciar.
• Comprar la ropa interior necesaria y suficiente.
• Tener siempre lista una muda
• Durante esta etapa, póngale al niño(a) ropa fácil de quitar, les ayuda a sentirse independientes.
• Enseñarle a usar vaso en vez de tetero.
• Leerle cuentos relacionados con el tema.
Paso 4: Comenzar el proceso
- Siempre que tenga el pañal sucio, botamos el popó en el inodoro para que el niño vea la conexión que existe y vea que se va.
- Lo invitamos a que nos acompañe a nosotros (los padres) al baño.
- Luego le permitimos que se siente en el inodoro o en la mica con ropa, permitiéndole que imite nuestra conducta.
- Apenas se despierta en las mañanas, lo invitamos a “intentar” ir al baño. No importa el resultado.
- Llevarlo varias veces en el día para que intente, hasta que sea exitoso, y felicitarlo por su ¡gran logro!. Sin haberle quitado definitivamente el pañal.
- Si logra tener varias experiencias exitosas en el inodoro, le quitamos definitivamente el pañal.
- Una vez quitado, no vale la pena devolvernos en el proceso, pues el mensaje es contradictorio y no le transmitimos confianza
¿Debemos buscar una época específica para iniciar?
Si. Es importante reconocer que algunas situaciones pueden retrasar o interrumpir el proceso, como son: la llegada de un nuevo hermanito, la entrada al jardín infantil, un trasteo, la pérdida de un ser querido, un viaje del papá, etc. En otras palabras, no vale la pena iniciar el proceso cuando el niño(a) esté atravesando por un cambio emocional. (Tampoco la persona que lo acompaña). La época ideal es donde exista estabilidad y pocos cambios y en casa, la cual conoce y en la que se siente seguro.
¿Y si no lo estamos logrando?
Dejar el pañal puede convertirse en una guerra de poder entre padres e hijo(a). Y es importante mencionar que, en última instancia, esta guerra la gana el niño(a), pues es él quien tiene control sobre su propio cuerpo. Si es un aspecto que “molesta” demasiado a los padres, es el terreno perfecto para que el niño intente “probar” a sus padres. Castigar a un niño(a) por tener accidentes no sirve de nada, todo lo contrario, va a demorar el proceso y el chiquito se llenará de tristeza e inseguridad.
Si el proceso se torna difícil, debemos llenarnos de paciencia y verificar si lo hicimos teniendo en cuenta los pasos y sobre todo, si el niño estaba listo. En pocos casos, debemos hablar con un especialista.
¿Qué NO debemos hacer?
- Si prefieren la mica, usarla para otra función diferente que no sea ir al baño.
- Dejarlos por mucho tiempo sentados en el inodoro (esperando que algo salga).
- Castigarlo cuando tiene accidentes.
- Seguir con tetero a esta edad, además de ser un doble mensaje (eres grande vrs. eres bebé) probablemente va a hacer más difícil el proceso, pues el mayor consumo de líquidos hace que tengan que orinar mas frecuentemente.
Y el pañal de la noche, ¿cuándo lo quitamos?
El pañal de la noche podemos quitarlo luego de dos meses de amanecer seco. Esto depende del sueño profundo del niño y de la madurez de su vejiga. Puede demorarse desde 1 mes hasta un par de años.
La sintonía con nuestros hijos es sencillamente, la mejor herramienta. Confiar en nosotros como padres, es la mejor estrategia. Hacerlo con amor y respeto garantiza el éxito y la felicidad de los niños.

JUANITA BOADA DE NARVÁEZ
Coach Logoterapéutico
Crianza, Familia y Educación